
En el mismo título de este capítulo, Filaleteo te proporciona una valiosa recomendación si lo que te propones es alcanzar el estado de Elixir Rojo, Elixir Vitalis o Toisón de Oro, al respecto este autor dice:
“Si quieres lograr para ti el Elixir rojo o Elixir Vitalis, máxima expresión de tu Alma, requieres, primero, poseer al Mercurio de los Sabios”.
A continuación, señala: “Nuestro Polvo Aurifico o de Proyección es el Oro”, o sea tu propia materia o cuerpo físico, “esa vasija o vaso que utilizas para usos ruines, sólo que digerido o perfeccionado hasta el más alto grado de pureza” y con la debida y más perfecta fijación sutil del Alkahest, “tanto como lo permite la Naturaleza, y la sagacidad del Arte”.
“Una vez que tu Oro o materia esté convertido en esencia, ya no será ese Oro que cubre al vulgo, y lo llamarás Nuestro Oro, por ser infinitamente superior a cualquier materia, como ya lo he indicado. “
“Prescindo de citar a todos los Filósofos para que atestigüen la veracidad de mis dichos, porque yo mismo soy un Adepto” y agrega:
“Que me crea aquél que quiera.”
“Que me desapruebe aquél que pueda.”
“Que me censure incluso, si alguien lo desea.”
“Pero, en los dos últimos casos, irán a parar a una profunda ignorancia.”
Finalmente, advierte que los Espíritus demasiado sutiles sueñan quimeras, en tanto que el diligente hallará la verdad en la Naturaleza y en el Ars Regia.
ANÁLISIS
Ya sabes que antes de pretender alcanzar el Elixir Rojo o Vitalis, debes poseer el estado de conciencia propio del Mercurio de los Sabios.
Y ¿qué es el Mercurio de los Sabios? Es el Rebis, (Re: cosa y Bis: repetición.) Es algo hecho de dos cosas, en este caso, el Rebis, está compuesto por el Azufre Fuego y Mercurio Interno Liberado. Sí, es el Rebis, sea en su versión Blanca o Roja.
La formación del Rebis Blanco o Rojo es uno de los secretos más celosamente escondidos y, hasta hace poco se le ocultaba y protegía tras un impenetrable silencio, pues es la clave de la sabiduría, salud, riqueza y juventud.
Los antecedentes de su creación se generan en la Columna Hueca Boaz. Allí se depositan el sol y la luna, ya polarizados o separados, para ser bombardeados permanentemente por la irradiación del Alkahest, energía que los fuerza a unirse y confundirse entre sí para dar origen a un azufre precario.
El Alkahest o Disolvente Universal es asimilado a un corcel, que representa la idea de rapidez y potencia. Es el poder volatilizador, equivalente a un ardiente vapor y disolvente que deshace lo que es fijo, oscuro, pesado y refractario a la Luz, para enmendarlo y adherirlo, como esencia, al Cuerpo de Luz.
El Alkahest descompone y repara lo que ya ha sido reunido por la Naturaleza, (sol y luna) y con su acción sobrepasa en calidad al quehacer de Natura.
La Naturaleza, que es considerada como una Maestra en la tarea de perfeccionar al género humano, llega con su propósito hasta cierto punto de avance, que consiste en separar y polarizar el amasijo de sol y luna, provocado por el big-bang, por lo cual en su acción inconclusa debe ser reemplazada por la “Sagacidad del Arte”.
“Aurora Consurgens” (finales ss. XIV). Alquimista arrodillado ante su vaso, provisto de un fuelle que representa al Solve et Coagula que le permite irradiar el Alkahest sobre la propia Piedra: aquí concurren las Palomas de Diana.
Como dije, la “Sagacidad del Arte” comienza desde que se depositan en la columna hueca de Boaz, por las Palomas de Diana, el sol y la luna, previamente separados por la labor de la Naturaleza, allí, en ese recóndito recinto, por la potente fuerza de la irradiación Alkhásica, como lo he repetido muchas veces, tantas como lo requiere cada párrafo de Filaleteo, ese sol y luna debe ser sometidos a siete trabajos aludidos en el arco izquierdo ascendente de la Rota Microcósmica:
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Materia Fragmentada.
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Materia Licuada.
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Materia Fermentada.
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Materia Corrupta.
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Materia Putrefacta.
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Materia Evaporada y
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Azufre convertido en Azufre Fuego.
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