De Los Principios Que Componen Al Mercurio De Los Sabios. Capitulo 2, parte 3.

Publicado el 1 de agosto de 2025, 17:09

En este artículo, Ireneo, te incita e impele a conocer 7 temas alquímicos.

Así, pues, te dice:

- “Aprended

– 1 ¿Quiénes son los compañeros de Cadmo?

– 2 ¿Cuál es la Serpiente que los devoró?

– 3 ¿Cuál es la Encina Hueca, donde Cadmo traspasó a esa Serpiente?

– 4 ¿Quiénes son las Palomas de Diana?

– 5 ¿Qué es lo que venció al León (verde) cautivándolo, este León Verde que es realmente el Dragón Babilónico que todo lo mata con su veneno?

– 6 ¿Qué es el Caduceo de Mercurio, con el que se operan maravillas?

– 7 ¿Quiénes son las Ninfas que son instruidas, encantándoles?”

Filaleteo insiste que este conocimiento es indispensable, si quieres alcanzar el objeto de tus deseos.

ANÁLISIS

¿QUIÉNES SON LOS COMPAÑEROS DE CADMO?

Los Compañeros De Cadmo.

Los compañeros de Cadmo se dividen en dos categorías:

  • Los Malos Compañeros de Cadmo, y

  • Los Buenos Compañeros de Cadmo.

Me referiré, en primer término, a:

  • Los Malos Compañeros de Cadmo.

No son, como pudieras pensar, seres de carne y hueso. Estos malos compañeros: Son los Pensamientos de Cadmo.

Aunque Cadmo poseía un nivel de conciencia de un Azufre Fuego (Cúspide de la Vía Larga) a punto de contraer nupcias alquímicas, con su Mercurio Interno Liberado, para convertirse en Rebis Blanco, estaba aún, esporádicamente influenciado por pensamientos abajados, comunes a la mayor parte de los seres humanos, que se entregan y son dirigidos por impulsos mecánicos, que mueven a su amaño el tinglado o enredijo de la existencia humana.

Estos malos compañeros de Cadmo tejen un ambiente, una curiosa manera de vivir, superficial y vana, que no permite a su mesonero, o a quien los acoge y energetiza, darse cuenta de la tremenda carga de vibraciones, lentas y negativas, que lleva a cuestas y le cierran toda posibilidad de acceder a niveles de conciencia de superior condición.

Estos deficientes e inmaduros pensamientos, o Malos Compañeros de Cadmo, con su dialéctica, pulida y afilada en el curso de siglos, aún convencen, aunque cada vez más espaciadamente, a los sentidos externos e inmaduros de Cadmo a dejarse hipnotizar por los enormes bloques minerales y metálicos que él sistemáticamente alienta con su conducta y alimenta con sus propios errores, retardando individual su progreso iniciático.

Hay, entonces, algo irrebatible, las Malos Compañeros de Cadmo son, según el mito, la propia retahíla de deseos y voliciones sin norte que desorientan al príncipe Cadmo.

Bueno es preguntarse si tales pensamientos acompañantes, son sólo visibles para Cadmo y no para los terceros que presencian sus hazañas.

Tratándose de mitos y de un mundo donde cualquier Dios o Diosa del Panteón griego y romano puede, según fuera su capricho o inclinación, sumar sus violentos estados anímicos a los de ciertos hombres y mujeres, y dar su protección a unos, y su permanente y cerrada oposición a otros, es muy posible que los pensamientos de Cadmo pudieran corporizarse en ese mundo de magia porque, de otra manera, difícil, fuera que pudieran acarrearan agua, cuando se lo propusieron.

¿Y si tales acciones netamente materiales, también fueran pergeñadas en el pensar de Cadmo?

De ningún modo, porque estos episodios a los que nos estamos refiriendo son tan señeros y principales, tan auténticos y persistentes y repetidos en la eternidad, que sin ellos sería imposible transformar al hombre viejo en un Hombre Nuevo, y no tendría objeto el propósito de la alquimia, ni el fin de todos los rituales de iniciación, de todos los tiempos y lugares.

Si hubiésemos sido testigos oculares de ese incansable deambular del príncipe Cadmo y su hueste, los habríamos visto transitar por collados y bajíos, por mesetas y montañas, impasibles bajo los ardientes rayos de un sol implacable, e inconmovibles bajo el terrífico frío de cierzos y nevazones que parecían eternales, con la vista y todo su ser fijo, pendiente  y alerta en el lento desplazamiento de una vaquilla, anunciada por el Oráculo de Apolo, animal de constitución metálica por fuera y mineral por dentro, sin trazas de haber recibido en su piel dura y metálica, señal alguna de arreos, aparejos, yugo y látigo (Porque es el símbolo vivo de la materia aún no trabajada del ser humano) ésta  les guiaba al lugar donde Cadmo erguiría su ciudad templo, denominada Tebas.

Se cumplió la profecía del Oráculo de Apolo, cuando la vaquilla, que ya había atravesado el río Cefiso y las campiñas de Panopea, detuvo abruptamente su marcha y levantando su cerviz hacia el cielo llenó el aire de bramidos y se echó en una tierra feraz y muy luminosa, dando a entender, que ese era el sitio que se buscaba con tanto ahínco.

Cadmo dio gracias a Apolo por tan feliz presagio, besó a la tierra, saludó a los montes y campos verdeantes, y queriendo hacer un sacrificio a Júpiter, es decir faenar la vaquilla, como si fuera posible destruir un símbolo de la materia no elaborada, envió a sus compañeros a buscar agua de una Fuente Perennal, cita en un verdinoso y amenazante bosque de los aledaños, no tocado por el hierro, ni la mano del hombre.

En medio de este boscaje de tupidas ramas e hirsutas hojas corrosivas y venenosas, había una disimulada caverna, cuya entrada de roca y mimbres la protegía, hasta entonces, de toda intromisión indebida. Su material compuesto de roca, alude a lo metálico, y el mimbre a lo mineral.

Los compañeros de Cadmo, irrumpieron vocingleros y desapercibidos, llenando el ambiente de esa viejísima y triste espelunca, con las cargadas vibraciones de sus alegres y lascivas risotadas.

Si se debió al ruido de los botes, botijas y cántaros que arrojaron a la fuente central, de burbujeantes aguas mercuriales, o sea por el fuerte barullo que produjo su desatinado parlotear, el hecho fue que la Serpiente de Marte, guardiana del lugar, despertó de su pesado sueño y arremetió ferozmente contra ellos.

Apareció de improviso el descomunal y cerúleo monstruo, teñido de rayas verdosas y negras y cubierto de férreas escamas metálicas, de ojos centelleantes, profundos, irritados y lacerantes, insertos en una cabeza cubierta por escamas amarillas como el oro. Su cuerpo parecía estar abotagado de veneno, en la boca ostenta tres filas de dientes en extremo grandes, agudos y filosos y entre ellos surgían tres lenguas bífidas que se meneaba con una rapidez increíble.

Los Compañeros de Cadmo soltaron los cántaros, botes y botijas que aún tenían asidos, y literalmente se les heló la sangre, circulando un horror pánico por sus yertos y ateridos miembros.

Ante ellos el coloso se torcía y enroscaba con flexibles nudos, y con los saltos que daba se encorvaba como un gran arco o se alzaba como erecta y enorme columna.

Se arroja, sin detenerse, sobre los desgraciados fenicios, servidores de Cadmo. Éstos, ya se preparaban a la defensa o a la fuga, pero el miedo de que estaban poseídos no les dejó hacer lo uno, ni lo otro.

La Serpiente de Marte a éstos los despedaza a mordiscos, a aquellos con los golpes de su descomunal y musculosa cola, a otros le quita la vida con su hálito ponzoñoso, sin que pudiera escapar ninguno.

En tanto, poca sombra hacía el sol (Medio día) cuando Cadmo primero se asombró, y seguidamente se inquietó por la tardanza de sus compañeros, y de inmediato decidió ir a buscarlos, siguiendo sus huellas.

Precipitadamente asió su escudo, su lanza y su jabalina.

Su escudo está confeccionado de piel de león, lo que indica a que Cadmo tiene cierto dominio sobre esa fuerza embrutecida, telúrica y tosca, y sabe absorberla sin daño para sí, y seguidamente emplearla para   propósitos más elevados e incluso servirse de esa energía para enfrentar incluso a bestias de la índole de la Serpiente de Marte.

Su Lanza, el largo de la lanza representa al radio de la circunferencia plena de Rebis Blanco que, como defensa, puede formar en su entorno.

Su Jabalina, representa a los destellos de su Rebis Blanco en formación, que cubren un radio mucho más amplio que su lanza, pues la Jabalina es un arma arrojadiza que, con su aguzada punta mercurial hiende los ambientes más inaccesibles y oscuros.

Luego que vio a esa espantosa Sierpe de Marte, asentada sobre los cuerpos de sus fieles compañeros, lamentando la sangre y mortales heridas de los suyos, les dice:

“-Cadáveres de mis amigos, o Yo os he de vengar, o he de morir aquí con Uds.”

Apenas dijo esto, tomó una roca de gran peso y la arroja con tal impetuosidad sobre el monstruo, que bastaría su acción para derribar las torres y murallas más fuertes, pero la Serpiente quedó indemne, sea porque la protegieron sus aceradas escamas, como si fueran una cota de malla, como también la dureza de su piel, que absorbe y rechaza los golpes más poderosos. Más tu y yo, aprendices eternos del Arte Real, estimamos que, si la buena salud de la Serpiente perduró hasta ese instante, fue más bien porque la acción de Cadmo, el arrojar la gran Piedra, se fundamentó en un sentimiento de rabia, que más bien acreció la maldad del monstruo antes que debilitarlo.

Pero, a continuación, la Serpiente no pudo soportar con la misma indiferencia que Cadmo clavara la lanza en su espinazo. Embravecida la bestia con el dolor, retuerce la cerviz hacia su espalda, mira la herida, y comienza a morder con rabia a la lanza de Cadmo, pero sólo logra arrancar sólo unos trozos de la lanza, permaneciendo casi todo el hierro dentro de su cuerpo.

La herida aumenta la natural saña del monstruo, las venas de su garganta se hinchan con el veneno que corre en abundancia en ellas, y sale de su emponzoñado hocico una espumosa baba blanquecina. Tiembla la tierra con los golpes que le propinan las metálicas escamas.

Descansa un instante Cadmo, y resiste a los ataques de la culebra con su escudo de piel de león, manteniéndola a raya. De pronto Cadmo le arroja su adarga, y le ensarta el ponzoñoso hocico con su arma, la bestia salta, se agita y bambolea su cabeza para impedir que el arma se hunda más en sus carnes y la mate con su punta de Rebis Blanco.

Según el divino Ovidio, Cadmo se fortalece a medida que la Sierpe se debilita. El Príncipe fenicio puede, entonces, acorrala y atar la cerviz del furioso Reptil a una robusta Encina Hueca, o a un Roble Hueco como dicen otros autores, ese Árbol, se estremeció, se curvó violentamente, hacia uno y otro lado, y sintió en su corteza mil azotes propinados por la cola de la Sierpe, pero resistió los embates de la prisionera.

¿Qué quiere decir que este Reptil quede ensartado, clavado o amarrado a la Encina o Roble Hueco?

Eso lo consideraré al tratar otro numerando de este artículo.

En tanto, Cadmo observaba con merecida satisfacción, que acababa de vencer, y que le había permitido, con su derrota, que él disfrutara, ahora, la conciencia del Rebis Primero o Rebis Blanco, cuando escucha una voz, potente y bien timbrada, sin saber de dónde viene, que le dice:

- “Oh hijo de Agenor, ¿Porqué, engreído, contemplas a esa Serpiente, si pronto te verás en esta misma figura, luchando con ella otra vez?

Con este anuncio Cadmo quedó espantado, pierde el color y la voz, sus cabellos se erizan. Pero Palas, o su protectora, desciende del Olimpo a consolarle y le dice que siembre los dientes de la bestia que ha encadenado y de ellos nacerá un Nuevo Pueblo.

  • Los Buenos Compañeros de Cadmo.

Cadmo, traza con el Arado el surco y esparce en su seno los dientes de la bestia, o semilla de hombres, y luego los cubre con esa misma tierra.

En breve los terrones de ese mismo lugar comienzan a moverse y removerse, para permitir que afloren primero, sobre la faz de la tierra, numerosas puntas de lanzas. Luego, otros tantos almetes (pieza de la armadura antigua, que cubría la cabeza), adornados de penachos, y seguidamente las correspondientes espaldas, los torsos, los brazos armados, empuñando las referidas lanzas, y por último las piernas y pies que se asientan en la tierra.

Espantado Cadmo requirió su espada, se caló el chapeo, y no pasó nada, pues uno de aquellos nuevamente nacidos le dijo: “-No tomes partido en esta guerra civil que no te compete inmiscuirte en ella”-, al acabar de emitir estas palabras, atravesó con su espada a uno de sus hermanos, y el mismo es herido de muerte, por un dardo que otro le dispara, pero el que le mató no sobrevive mucho tiempo, pues luego perdió esa vida que acababa de recibir.

Un furor igual comenzó a difundirse y animar a toda la tropa, y los desgraciados hermanos se mataron los unos a los otros, y sólo cinco de ellos quedaron con vida. Uno de ellos al que decían Equión, abandonó sus armas, por mandato de Palas, y puso paz entre sus hermanos, prometiéndose una mutua fidelidad, y Cadmo los tuvo por compañeros en la construcción de la nueva ciudad, encomendada por el Oráculo de Apolo.

Estos cinco Buenos Compañeros, corresponden a Los Cuatro Elementos y al Mercurio Interno Coagulado, que son los medios que permiten construir el Templo Interno de cada cual.

Ahora nos corresponde considerar:

- ¿Cuál es la Serpiente que devoró a los compañeros de Cadmo?, y

- ¿Cuál es esta Encina o Roble huecos?

 

¿Cuál es la serpiente que devoró a los compañeros de cadmo?

Antes de considerar los dos temas de fondo, podrías preguntarte ¿Tengo tiempo para deleitarme en estos impresionantes relatos al parecer, propios para adolescentes, si lo que yo quiero es ir en derechura y sin más demoras, hacia la fórmula que transformará mi Piedra Bruta en Piedra Filosofal?

Sé sensato y prudente, empéñate en ser capaz de ver “debajo del alquitrán”. Lo que aquí indagas es un Mito, y el Mito de Cadmo, es un texto simbólico, muy parecido a una parábola, se trata de una narración que da a entender una cosa, para explicar otra.

Todo Mito lleva escondido bajo su piel un sentido diverso al que literalmente expresan las palabras que lo componen.

El término Mito deriva del concepto griego “Silencio” (del griego μῦθος N. del E.) El simbolismo es el lenguaje del silencio, se refiere a experiencias no asibles mediante el lenguaje ordinario, sugiere lo inexpresable.

En el Mito se dice otra cosa de lo que parece que se dice. Guarda silencio al mismo tiempo que habla.

El Mito teje en soterrada expresión: El lenguaje, pensamiento y acción iniciáticos, cuyo contenido escapa a los que sólo se nutren de lo literal.

Entonces, el sugerente relato de la Serpiente de Marte, no se refiere a ella y sus circunstancias, sino a diferentes pasos del trabajo alquímico, de los cuales se infiere obviamente como el Mal (Caos) co-actúa (muy a su pesar) con el Bien, para permitir que el ser humano absorba debidamente la Luz.

Al tratar de la relación entre el Bien y el Mal: El Caos no debe ser mirado como la más exclusiva y más negra expresión del mal, puesto que ha sido creado por el Dios Inmanifiesto.

El Caos representa el papel de una fuerza que contrapesa a la acción de la Luz.

El Caos es la fuerza que se opone a los designios del alquimista, y es una fuerza que el Adepto debe sobrepasar y vencer para poder desarrollar su Gran Obra.

El Alkahest no puede vivir, ni siquiera subsistir sin el Caos, porque la función primordial del Alkahest es la de trabajar sobre el núcleo mercurial del Caos, y colaborar directamente en la elevación de las vibraciones de él mismo.

De lo anterior fluye que, al definir los rasgos físicos de la Serpiente de Marte, me referí a la potencialidad del abominable mal que se anida en nuestra materia no elaborada.

En esa materia no trabajada anidan dos tipos de maldad humana.

  1. La que vierte el León Verde, y

  2. La que arroja la Serpiente de Marte.

  1. La maldad que vierte el León Verde.

El León Verde consiste en un conjunto de deseos y pasiones desatadas. Posee una maldad que es producto de su propia inmadurez Actúa según sean sus particulares apetitos y deseos.

Acomete inconscientemente, tan solo cuando es impulsado por su rabia u odio.

Se dedica a causar el mal del alquimista y a estropear el desarrollo de la Gran Obra de su mesonero.

Destruye sin razonar.

El ámbito de su acción se circunscribe a la personalidad de su mesonero.

  1. La maldad que arroja la Serpiente de Marte.

Lleva en su seno la más negra y abominable de las maldades.

Es una materia voluntariamente arraigada en el mal.

Actúa de acuerdo a un plan concertado desde el origen de los tiempos, dirigida a destruir toda manifestación de la Luz.

Planifica de antemano como cazar su presa.

No tiene sensibilidad, sólo mata por matar,

Se defiende y lucha hasta el fin de cada contienda, para mantenerse con vida.

Tiene un pensar universal, y está integrada por el mal Cósmico (Caos, sol y luna).

Tiene su guarida o espelunca, fuera del alcance del Consciente Humano. Se oculta en las profundidades de la materia no elaborada, allí en los tiempos de obligada pasividad, permanece clavada, amarrada o fija al Roble o Encina huecos, después de haber sido vencida por Cadmo.

Es un ente cósmico, es Caos, es intrínsecamente perverso, destructor, persigue con implacable y mortífera inteligencia a sus víctimas.

La Serpiente de Marte permanece atenta y vigilante por siglos, en la materia no trabajada del ser humano.

Cada ser humano tiene su propia y única Serpiente de Marte, la cual cobra vida y ataca al Iniciado cuando éste arriba a la esfera del Rebis Blanco. En ese momento todo el mal indecible y comprimido durante eones, en su materia no trabajada, con la llegada al Rebis Blanco de su mesonero, se destraba y presenta feroz batalla.

Forzosamente es derrotada si su contendiente es un alquimista preparado, después de haberse sometido a los lavados ígneos, o Solve et Coagula durante, 5 años, sin faltar un solo día.

La Serpiente de Marte, durante la o las vidas del Adepto, les desafía a cuatro batallas sin cuartel:

Cuando el Adepto llega a la esfera del Rebis Blanco,

Cuando el Adepto aborda el círculo del Rebis Rojo.

Cuando el Adepto entra al Elixir Rojo, y

Cuando el Adepto se disuelve en el Mar del Alkahest.

Uds. recordarán esa voz, de origen desconocido que advirtió a Cadmo que, embelesado, contemplaba su primer triunfo sobre la derrotada Serpiente de Marte:

-“Oh hijo de Agenor ¿Porqué engreído contemplas a esta Serpiente, si pronto te verás en esta misma figura, luchando con ella otra vez?”

Toda conquista Iniciática se compone, sine qua non, de dos fuerzas: las de la oscuridad y las de la Luz. El alquimista debe comprometerse con el bien y dominar y vencer al mal que vive en él.

¿Cuál es el roble o encina huecos, donde cadmo clava, fija o amarra a la serpiente de marte?

Después de su derrota, la Serpiente de Marte siente que su intrínseca maldad está viva, pero se ha paralizado, bloqueado por haber absorbido el Rebis Blanco, que estaba en las armas de Cadmo.

Por su parte Cadmo, después de su primera derrota lograda sobre la Serpiente de Marte, habita ya en su Cuerpo de Luz, en tanto que su cuerpo físico, debido al trabajo alquímico, permite que se extraigan de él balotas o gránulos negros transformadas en blancos, y posteriormente en rojos, de modo que va quedando transformado en una alacena o laboratorio interno (la Acacia o el Roble huecos), en el cual se recopilarán de diversos tipos de energía para realizar diversos y profundos experimentos, entre ellos está el fijar, amarrar o clavar, lo que quedó de la Serpiente de Marte a ese señero laboratorio.

Los gránulos extraídos del cuerpo físico están destinados a formar a la Materia Foliada y al Cuerpo de Luz.

¿Quienes son las palomas de diana?

¿Te has preguntado por qué Ireneo Filaleteo, confiere tanta importancia a este tema de las Palomas de Diana?

A mi parecer por dos razones que, en el fondo vienen a ser una sola.

  1. – Las Palomas de Diana fundamentan el apotegma que dice: En el trabajo alquímico que pretende transformar al alquimista en Piedra Filosofal, no seentrometen las manos humanas.

Distinta y respetable es la posición de la Espagiria, que, en cambio, tiene como objeto producir una Piedra Filosofal apreciable por los cinco sentidos ordinarios del ser humano.

2.- El desarrollo de la alquimia Tradicional de Alto Grado fluye, de principio a fin, sin la intervención del alquimista, pues desde su (α) alfa a (ω) omega (este último es infinito) es dirigida sólo por el Alkahest.

Esto, además, quiere decir que los Discípulos no están necesariamente obligados a aprender de memoria los numerosos conceptos que se indican, a cada paso, en la Enseñanza de la alquimia Interior.

No obstante, hay numerosos escritos clásicos, que se refieren a esta materia y otras, porque es muy difícil para la mente concreta, realizar miles de veces una misma acción de la cual no tiene idea de sus fines y conveniencias.

Lo precedente, es decir, que sin un estudio riguroso es absolutamente posible que todas las instrucciones y experiencias que debe vivir el discípulo, afloren, espontáneamente, en su vida interior, gestados por un mecanismo superior, siempre que el estudiante cumpla con un requisito, el cual se aplica, incluso, para permitir la existencia del Microcosmos y Macrocosmos, ello por designio del Dios Inmanifiesto o Gran Arquitecto del Universo, o como deban Uds. designar al Uno.

Y ¿cuál es esta circunstancia sine qua non?

Practicar el Solve et Coagula, día a día, durante cinco años, sin fallar un solo día.

Este lapso es casi utópico, pues prácticamente nadie, por los hechos de la vida cotidiana, puede cumplir esta tarea de Hércules. Y, por eso, se alargará el plazo según sean las circunstancias que rodeen a cada cultor.

El Solve et Coagula o Primer Régimen de Mercurio es, diría, una de las materias alquímicas más secretas, que, hasta ahora, durante siglos, se ha resguardado con irretractable sigilo.

Este Solve et Coagula, se divide en cuatro movimientos o giros, ejecutados mentalmente, el primero, al imaginar una corriente de energía que, girando de izquierda a derecha, penetra por nuestra fontanela.

Un segundo movimiento o giro, de derecha a izquierda, representa a esa misma energía que internamente asciende desde nuestros pies a nuestra cabeza y, finalmente, el tercer giro de izquierda a derecha, que corresponde a esa misma energía que, internamente desciende desde nuestra cabeza a nuestros pies.

En la augusta y noble orden francmasónica, el Solve et Coagula está representado en la Marcha del Maestro Masón, cuestión que no nos corresponde detallar en esta página.

Entonces, según lo precedente, al Aprendiz de Alquimia se le enseña cabalmente el Solve et Coagula, y al practicarlo atrae hacia sí a las Palomas de Diana, que son efectivamente irradiaciones del Alkahest un tanto disminuídas, y da inicio a su Gran Obra.

Las Palomas de Diana.

Antes que aparezcan en el escenario de tu vida las Palomas de Diana, tu materia, la actual, la no trabajada, con sus virtudes y defectos, debe aceptar voluntariamente el engrosar las filas de los alquimistas esparcidos por el mundo.

  1. Para este efecto, es tu mente concreta y no desarrollada (desde el punto de vista del Arte Real), la que debe decidir emprender una labor, que por su dificultad que equivale a los Trabajos de Hércules, por los obstáculos que hay que vencer.

  2. Procederás a aprehender y luego a ejecutar el ejercicio del Solve et Coagula, que se diseña en las páginas finales de este libro.

  3. Las Palomas de Diana tienen como misión seleccionar en tu materia no elaborada aquellas piedrecillas o gránulos un poco más sensibles y limpios que el resto, salpicados de oscuridad, que conforman la mayor parte de tu cuerpo físico.

  4. Se dice, que cada una de estas palomas, se sumergen en un agua retinta, por el efecto del limo en suspensión, en busca de las mejores piedrecillas para iniciar la Obra Alquímica. Demás está decir que los ojos humanos son incapaces de distinguir una sola piedrecilla, de los miles que reposan en el fondo de ese cenagal.

  5. Las Palomas de Diana localizan con suma precisión aquellas partículas que una a una serán los finos utensilios que tejerán tu vida de modo que te lleve a la vivencia y desarrollo de tu real misión.

  6. Los cientos de millas por las que se desplazan la Vía Larga, sumada a la Corta, comienzan con un paso: Las Palomas de de Diana.

  7. Si tú, apoyado en tu mente kamamanásica, intentas dar un vuelco positivo a tu vida, para desasirte de tus debilidades, temores, banales lujurias; sentirte útil para ti mismo y los demás, y, en fin  experimentar una permanente quietud, silencio y constante felicidad interna, al recogerte en ti mismo y mirar a tu mundo interno, para que te diga por dónde comenzar, sólo verás un vacío negro, porque sólo las Palomas de Diana son capaces de ubicar la punta del Hilo de Ariadna que te guiará hacia la consecución de tu meta.

  8. Las Palomas de Diana sólo llevan la partícula que encuentran al tantien o pequeño vaso, y una vez cumplida su tarea son decapitadas y reemplazadas por las Águilas, movimiento o giro completo de la Rota Microcósmica.

La labor de las Palomas de Diana se repite una y otra vez, mientras resten balotas o piedrecillas negras, en el vehículo físico del alquimista.

¿Qué venció al león verde cautivándolo?

Los hechos que muy despaciosamente promovieron en nosotros la formación y existencia del León Verde:

El Alkahest, por mandato del Dios Innominado, construyó al Espíritu Hermafrodita del Hombre, constitución arrúpica, liberada de formas, provista, a la vez, de modalidades masculinas y femeninas.

Este primer proyecto del Espíritu del Hombre fracasó, porque esa creación, que era una maravilla de facultades y poderes, no tenía conciencia de sí misma, ni de sus extraordinarias cualidades.

Ese colosal Espíritu Hermafrodita del Hombre, debió ser desmantelado, se le dividió en dos partes Una de tendencias masculinas y otra de inclinaciones femeninas, que fueron lanzadas a uno de los rincones comparativamente más oscuros y difíciles de nuestro de nuestro Universo, La Tierra en que vivimos.

El Espíritu del Hombre, al caer, quedó aprisionado por dos sustancias que le envolvieron completamente: la luna, y seguidamente el sol, perdiendo la noción de su poder y de su misión.

Pero, ya estaban, al menos, los materiales que formarían al actual ser humano: Su Espíritu o Mercurio Interno, de una capacidad proporcional al poder del Alkahest o Mercurio exterior. Y, por otra parte, los materiales de su carne: el sol y la luna, que, con la caída y choque del Espíritu Humano con la costra terrestre, causaría que el futuro hombre contara con soles y lunas totalmente revueltos y mezclados desordenadamente.

La permanente y constante irradiación del Alkahest, en forma de simple Lluvia Áurica, permitió, permite y permitirá la creación de androides, hombres robotizados, meras ovejas humanas, compuestas de soles y lunas revueltos, y   atentas sólo a sus beneficios personales adquiridos y ejercidos con egoísmo, sin tener noción de otros Intereses más amplios e importantes que los de sus propias debilidades.

Los dolores sufridos y reiterados en múltiples existencias, con motivo de erróneas decisiones, fundamentadas en la estrechez y bajeza de emociones, pensamientos y actos, hacen que, por un instante, dentro de sí, se polaricen los soles y lunas, es decir que los soles ocupen un polo del su ser, y las lunas otro opuesto

Este ordenamiento equivale a la rápida y brevísima apertura de una secreta puerta, por donde entra a raudales la Luz. En ese instante, tan señero, el profano sabe, sin dudas, que debe sumarse a una Escuela Iniciática, una real, verdadera y efectiva que lo inicie, para poder recorrer con éxito la necesaria Vía Larga, tan cargada de abrojos, dificultades y pesares.

Me parece que resulta conveniente observar detenidamente una estatuilla egipcia, que representa a una emaciada, o estragada “Luna”, coronada con un gran pez, alusivo a una inteligencia muy disminuida, que lleva en brazos a su retoño, el Azufre, fruto de sus retozos con el “Sol.”

El Azufre es nuestra primera creación alquímica, y por lo tanto, la franca entrada al proceso alquímico (Segunda boda alquímica. La primera boda, es sólo el contacto del Alkahest con la materia Prima, o cuerpo físico).

Al mirar los rasgos de este niño, se aprecia que reflejan un estado propio de un tan añoso y esmirriado, que ya parece del todo ajeno a este mundo. Es un infante que lleva estampado en su semblante la maldad, y el presentimiento de un prematuro desencanto y desconcierto por la vida que le espera.

Digo que me parece útil esta imagen, para sentir de qué tan lejos venimos caminando y practicando el Arte Real.

En momento que surge el del León Verde, ya somos un “hombre azufre” aún muy precario, pero ya sometido al proceso Iniciático del Arte Real.

El azufre para llegar a ser el León Verde, ha cumplido ya con determinados hitos, como transformarse en el Echeneis, el Agua Leprosa, el Jugo de la Saturnina Vegetalis, como ya he dicho en páginas anteriores.

En cuanto al carácter y objetivos del León Verde ya los he referido, al hacer un paralelo entre la Serpiente de Marte y el Leon Verde.

Este León es denominado así por su color y, sobre todo, por permanecer “verde” o inmaduro.

La Enemistad declarada entre El León Verde y el Alkahest.

En un principio de su relación, ambas naturalezas, entrechocan horrísonamente, por tener intereses absolutamente contrarios.

El Alkahest, con su sabiduría de Segundo Dios, dirige todas las acciones del Arte Real, tendientes a Despertar al Alquimista y concederle, a la postre, todos los poderes del Universo.

En tanto que el León Verde, que representa a la materia no elaborada, con la terquedad de un joven inmaduro, porfiadamente se obstina en impedir la intromisión de la Luz o Alkahest en sus dominios oscuros y caóticos.

¿Quién Cautiva, Dulcifica o Aplaca al León Verde?

El Alkahest es quien Cautiva, Apacigua y Conquista al León Verde.

En efecto, el Alkahest Descarga enormes y constantes flujos de su propia naturaleza sobre el León Verde. El arremetimiento del Alkahest provoca en el León Verde una permanente y ardorosa combustión, la cual disuelve la composición caótica del Leon Verde y lo obliga a cambiar, el estado fijo de sus extremadas durezas por otro volátil que suaviza parcialmente a la agresividad del impulso oscurecido del León Verde, al cambiar su composición fija, en un vapor permanente.

¿Qué es el caduceo de mercurio, con el cual se operan tantas maravillas?

En la Figura del Caduceo confluyen tres símbolos:

1) Una barra central perpendicular.

2) Dos serpientes en movimiento que se enroscan en torno de la barra central

3) Dos alas pequeñas en la cúspide de la barra central.

La barra central simboliza al Alkahest o Mercurio Exterior.

Las dos Serpientes: Una, la de la izquierda representa a una materia no elaborada compuesta de sol y la luna; como asimismo la formación del azufre y toda su evolución posterior en el proceso alquímico.

La Serpiente de la derecha, representa al espíritu del hombre, que cayó desde las alturas y quedó aprisionado como Mercurio Coagulado.

Ambas Serpientes ejecutan movimientos alternados y continuos: El primero de Izquierda a derecha, (bajan las energías del Alkahest hacia el hombre y la mujer) el segundo de derecha a izquierda (suben las energías en el cuerpo del o de la alquimista, del coxis a la cúspide de la cabeza) y el tercero de derecha a izquierda (Las energías del Alkahest descienden desde la cúspide de la cabeza al coxis)

Como Uds. se habrán dado cuenta el Caduceo de Mercurio representa al Solve et Coagula, y también como lo he dicho, a la Marcha del Maestro Masón.

Las dos alas en la cúspide del símbolo, indica la volatilidad, el permanente ascenso de la conciencia de hombres y mujeres alquimistas.

 ¿Quiénes son estas ninfas a las que instruye (el caduceo de mercurio) encantándoles, tiñéndolas, impregnando con alkahest?

La Ninfa representa la dualidad de materias que bullen en todo ser humano no desarrollado:

1, La parte meramente animal, o cauda de la Sirena, y

2, La parte propiamente humana confeccionada de sol y luna, esto es, una naturaleza metálica.

La parte inferior de la Sirena.

Su cauda o cola, que determina su dirección al desplazarse, representa al Caos enquistado en una materia física que está desconectada del Alkahest, DISOLVENTE Universal que, entre otras muchas funciones, está encargado de la absoluta dominación de la porción animal, sobre el futro alquimista.

La parte superior de la Sirena.

Su torso representa al ser humano en estado metálico, esto es, provisto de una Armadura Negra, que rodea y aísla al núcleo central de los humanos, vale decir el Mercurio Interno, que por los efectos producidos por esa capa que le cubre, es denominado Mercurio Coagulado.

Sin embargo, la materia torpe y poco desarrollada de la Ninfa, al ser expuesta permanentemente a baños ígneos (Solve et Coagula) sufre su propia putrefacción y muerte, para renacer en otra vida y estado de conciencia más afina

La presencia de la Ninfa, sobre todo, si está coronada, indica siempre el fin de la oscuridad y comienzo de la perfección. Por cuanto la Ninfa está pronta a sufrir la influencia del Alkahest, a través del primero Régimen de Mercurio o Solve et Coagula.

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